Imaginen a un tipo que disfruta arrancando los tatuajes de los cuerpos de sus víctimas, desollándolos mientras aún están vivos. A un inspector de policía recién ascendido que debe lidiar con su primer caso de homicidio. A una tatuadora que esconde un secreto que la angustia.
Por ese universo transita El ladrón de tatuajes, la primera novela criminal de Alison Belsham. Hay acción, violencia, sangre, buen pulso narrativo y personajes claramente definidos.
A decir de la propia autora, se trata del primer libro de una trilogía cuyos protagonistas son, justamente, el mencionado inspector Francis Sullivan y la tatuadora Marni Mullins.
Un buen finde asegurado.