Cumbia, indie pop, postpunk, música urbana y canción latinoamericana contemporánea, estos fueron los mejores lanzamientos locales del mes de octubre.
“Sed de amor”
Agua Bella
José Marcelo Castillo Cáceres
Las más memorables canciones de Agua Bella –“Voy a buscarme un amor”, “Agua de Veneno/Corazón Equivocado”– suelen desplazarse a altas velocidades, y su más reciente single no es la excepción. Con un tempo que se acerca a los 140 bpm –es decir, a una velocidad que en otros contextos podría asociarse con la más maquinal y rigurosa música techno– “Sed de amor” es una agitada y tempestuosa declaración de dependencia emocional diseñada para la pista de baile, cuyo ritmo fluye a mata caballo sobre una base tropical minimalista, aunque convenientemente matizada con arreglos de teclados que simulan zampoñas, sintetizadores y abrasivas secciones de viento. Las voces femeninas, con sus ardorosos y apasionados fraseos, suenan más que convincentes, y si el oyente, como el viejo marinero griego, no es oportunamente atado a sus auriculares, pues no dudará en seguir sus melodías sin tener en cuenta su destino.
Pasajero
Fabricio Robles
Independiente
Instalado desde hace cinco años en Buenos Aires, el cantautor peruano Fabricio Robles acaba de lanzar Pasajero, un álbum que hunde sus raíces en la música popular latinoamericana aun cuando, a través de acordes jazzísticos y timbres contemporáneos, aspira a proyectar un aura decididamente cosmopolita. Esta aproximación, en la que ritmos afrocubanos y sudamericanos son tratados con la precisión de una pista de música electrónica, y en la que multitud de acordes se suceden hasta conformar progresiones armónicas de evocativo aliento narrativo, se revela de gran utilidad para articular los anhelos, deseos y declaraciones de amor que Robles despliega en sus letras. A lo largo del álbum, especialmente en canciones como “Tata” y “Sonrías”, se hace evidente la madurez musical que Robles atraviesa, así como sus logradas y peculiares formas de hacer que la música latinoamericana se apropie de sonoridades globales y contemporáneas sin perder del todo su propia identidad regional.
“Dos”
Flavia Marsano, TURIAN BOY
El Volcán Música
Las canciones de Flavia Marsano están marcadas por una inocencia que, en contra de lo que uno podría esperar, logra mantenerse en pie en medio de un vulnerable rito de iniciación sentimental; y nos remiten, tanto en su fondo como en su forma, al estado mental que nos produce el enamorarnos por primera vez. Su canción más reciente, “Dos”, es un claro ejemplo de ello. Como si se tratara de una entrada en su diario íntimo, Marsano se dirige al objeto de su deseo: “Despierto hoy por la mañana para decirte ‘¿quieres venir?’ sentada frente a la ventana escuchando lo que acabas de decir”. Poco a poco –gracias a pistas de voz superpuestas, al énfasis rítmico de una batería electrónica, a las inesperadas descargas de acordes en las guitarras eléctricas, a los saltos ascendentes de la melodía vocal y, en especial, a un timbre de voz libre de todo cinismo– la canción va ganando intensidad y acaba articulando una sólida declaración de amor que, en poco menos de tres minutos, nos permite recobrar la desprejuiciada y transparente frescura del amor adolescente.
“Q’lito”
Malucci
Third World Gang
Sirviéndose de mínimos recursos –sintetizadores atmosféricos, líneas melódicas entrecortadas y un cimbreante dembow sobre el que una voz voluptuosa hilvana historias de inescrupuloso hedonismo– Malucci ha conseguido construir un personaje paradigmático de la actual música urbana: la mujer de sexualidad desinhibida y ostentosa que destruye todo lo que se interpone en su camino hacia un empoderamiento que, la mayoría de las veces, ya parece haberse vuelto un fin en sí mismo. Consideraciones éticas aparte, su single más reciente, “Q’lito”, es una lograda encarnación de esta estética. La canción presenta a Malucci robándole el novio a una amiga, argumentando que “no es un problema de autoestima/es que me gusta esa adrenalina”. El tema funciona por una acertada elección de palabras –fuego, ego, malo, rico, pelo, culito– y por la forma en que éstas cobran sentido al combinarse con el ritmo. Desde hace ya un tiempo, Malucci se ha propuesto convertirse en la villana favorita de la música urbana. Cada single que lanza la acerca un poco más a su objetivo.
Diseñar y destruir
Varsovia
Buh Records
Aunque Diseñar y destruir enfatiza los matices EBM e industriales que uno ya podía detectar en el debut de la banda –Recursos inhumanos, lanzado hace ya siete años– el impulso postpunk en que se funda la propuesta de Varsovia permanece intacto. Lo encontramos en su mezcla de maquinismo y agresividad, violencia e indiferencia, retórica política y frío desdén, exquisitez estética y feroz brutalidad. El hecho de que la banda tome a la historia peruana como marco de referencia demuestra no busca repetir un molde, sino apropiarse de un género musical para reformularlo bajo sus propios términos.