Norbi Baruch es infógrafo, periodista e ilustrador. Co-director del Estudio Visualmente, junto con su esposa, la diseñadora gráfica chilena Javiera Benavente. Ha trabajado en los periódicos argentinos Clarín, Página/12, La Razón, La Nación, Crítica y Tiempo. Ha publicado tres libros en Argentina, dos de política nacional e internacional, y el más reciente de infografía de superhéroes y personajes de historieta, «Infocomics». Este último se publicará en breve en Italia.
Ha sido profesor invitado en la Universidad Tecnológica de Chile de Valparaíso; en la Universidad Tecnológica Metropolitana del Estado de Chile (UTEM); en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España); en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España); en la Universidad de Vic (Vic, España); en la Universidad Científica del Sur (Lima, Perú); en la Universidad Ort (Montevideo, Uruguay); en la Universidad de Medellín (Medellín, Colombia); en la Universidad de Lima (Lima, Perú); en la Universidad CEU San Pablo (Madrid, España); en la Universidad del Pacífico (Acapulco, México); y en la Universidad Católica de Asunción (Asunción, Paraguay).
Fue invitado a ser jurado en los Premios Malofiej de Infografía, en Navarra, España. Ha representado a la Argentina en la Cumbre Mundial de Diseño en Prensa, España, 2005, 2006 y 2007.
Lo pueden ubicar en sus redes:
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#YoEscriboenLeonardo
NORBI BARUCH
A todos les gusta Batman. Todos quisieran ser Iron-Man. Muy pocos detestan al Bender de Futurama. Y muchos tratarían de abrazar al dulce de Baymax. Estos comportamientos, estas actitudes, casi siempre, son ocultados por los adultos, en lugares impenetrables para otros adultos. Porque experimentan eso que se asemeja bastante a la vergüenza. No quieren parecerse a un niño (o a ellos, cuando eran niños). Pero todo eso, ese especial linkeo con el comics, forma parte de su personalidad, de su lado más inocente, puro.
Las historietas, los comics, han servido de escape para momentos complicados de la historia de la humanidad más reciente. Pero detrás de su relato en viñetas, muchas veces inocuo, se escondían otras cuestiones, otras intencionalidades.
Todos estos sentimientos mezclados forman parte de un libro, «Infocomics: Los secretos de los superhéroes (y de otros personajes de historieta)”. Este libro pretende darles un pretexto a esos adultos para que se vuelvan a encontrarse con su lado más salvajemente inocente.
Infocomics es un libro de infografías sobre personajes de cómics, algo tan raro y único en el mercado visual. Y es doblemente raro. Porque no solo no existen libros que se refieran a esta nueva forma de contar historias, como son las infografías, sino que tampoco se ha tomado con seriedad la temática de fondo, las historietas. Las historietas deberían tener más vida que la que le dan los guionistas y los artistas en sus viñetas. Dicen muchas cosas, más allá de los cuadritos que las contienen. Y eso es Infocomics.
Pero ese encuentro del que hablábamos más arriba será desde otro lado, otra vereda. Será para disfrutar de nuevo de esas historias, pero entendiendo otras cosas, sin perder de vista el relato original, lleno de pureza e inocencia.
En sus páginas, ellos podrán encontrar a Batman, a Iron-Man, a Bender Rodríguez y a Baymax, entre más de 300 personajes, pero desde otra perspectiva. Sabrán de dónde vienen, porqué se llaman como se llaman, quién los dibujó por primera vez (y quién por última). Se enterarán de sus secretos más ocultos, a quién copiaron sus creadores, en quién se inspiraron, o porqué se vestían de ese color y no de otro.
Este libro es como un recreo, donde el adulto-niño (y el niño-adulto) se encontrará con sus personajes de historieta para conocerlos y para, luego, compartir todos esos secretos con otros, que todavía no se animaron a volver a disfrutar de los comics.
Porque hoy, la infografía, esa nueva manera de comunicar, les ofrece la posibilidad de conocer por qué ese superhéroe encapotado le gustaba tanto a uno, cuando era chico. Porque su origen estaba basado en una máquina de 1485 de Leonardo da Vinci, y no era sólo un relato de fantasía para una mente infantil. Era la primera explicación de una teoría propia de la física.
Es evidente que este libro se monta en el fenómeno popular de la historieta y eso es lo interesante. El abordaje infográfico es lo más pop del periodismo. Hoy la gente joven se ha volcado por completo a los gráficos, al Big Data, al Fat Data, para entender el mundo de la información. Todo tiene una traducción gráfica que demuestra síntesis, concepto, información, cosas propias de este nuevo género periodístico. Pero no siempre los infógrafos hemos entendido esto. Y menos los periodistas. Las nuevas generaciones están buscando (e inventando) nuevas formas de comunicación, que las viejas formas del periodismo no terminan de aceptar, por soberbia, por miedo.
La infografía es algo así como una nueva manera de comunicar, aunque los gráficos han existido desde hace mucho tiempo. Así, hace 35.000 años, los primeros hombres graficaban en las paredes de las cuevas lo que hacían cuando cazaban. La Piedra Rosetta que mandó a tallar el faraón Ptolomeo V, con jeroglíficos y griego antiguo, sin olvidar el demótico, también puede considerarse un antecedente de la infografía, hace 28.000 años. Entonces, la infografía termina siendo algo anterior a la escritura, como la conocemos hoy. Pero siempre la infografía ha sido el soporte revolucionario de las ideas. Por ejemplo, Antoine-Laurent de Lavoisier se enfrentó, en 1789, a los que decían que el oxígeno contenía una sustancia llamada flogisto, a través de una infografía sobre la descomposición del gas oxígeno. El Dadaísmo de Tristán Tzara la utilizó para explicar su movimiento tan rupturista. Por eso, la infografía es más que una manera de comunicar novedosa. Es una actitud revolucionaria ante el orden establecido de la palabra.