Tell me, what is it you plan to do with your one wild and precious life?
Dime, ¿qué es lo que piensas hacer con tu única vida salvaje y preciosa?
– Mary Oliver
“The Summer Day”
#QuéLeeLeonardo
Terminé de leer Violeta (Penguin Random House, febrero 2022) de Isabel Allende (Lima, 1942) el fin de semana pasado y antes de escribir estas líneas, investigué como nunca antes, a la autora chilena nacida en nuestra capital mientras su padre ejercía funciones diplomáticas representando al país del sur. Me topé con ataques virulentos dignos de una mejor causa, creo yo. Que se trata de subliteratura, que es una copia menor de García Márquez, que es literatura comercial, entre otras perlas.
Me pregunté entonces cuál es la fórmula de esta autora para seguir escribiendo y vendiendo libros en un tiempo en el que los medios y las diferentes plataformas ofrecen cantidades industriales de historias edulcoradas, textos de filosofía para dummies, adaptaciones de pensamientos milenarios simplificados ramplonamente, entre otras alternativas.
Algo debe tener esta señora que en agosto de este 2022 cumplirá 80 años. Con esa edad estará a 20 de los vivió justamente la protagonista de la novela que comentamos, Violeta. Y no lo digo para quedar bien con algunos o mal con otros, a estas alturas del partido eso es algo que no viene a cuento. Creo que, como sucede al ver una película, la lectura de un libro pasa por los filtros emocionales que cada persona tiene, fibras que algunos autores terminan por tocar con mayor o menor éxito. En rigor, no creo que las millones de personas que han comprado los libros de Allende hayan ido a las librerías solamente para consumir una historia como si fuera un hot dog con kétchup.
La historia de una mujer que nace en 1920, en medio de una pandemia, y se va de este plano en 2020, también en medio de otra pandemia, es una de esas historias que, con mayor o menor intensidad, da en la tecla de las historias que todos tenemos.
La trayectoria vital de Violeta es un camino lleno de sueños, amor, contradicciones, alegrías y dolor. Las conclusiones a las que va llegando luego de vivir aquello que le toca en cada etapa son producto de reflexiones propias, no impuestas. Hay en ella, una rebeldía natural que conforme avanzan los acontecimientos, encuentra una forma de expresarse y de pasar a los hechos.
Violeta está dividida en cuatro partes: El Destierro (1920-1940), La Pasión (1940-1960), Los ausentes (1960-1983) y Renacer (1983-2020). Todas ellas con unidas por el cordón de la protagonista, sus amores, sus hijos, su familia, su país. La lectura se hace fácil porque hay una narradora que construye una historia que cuenta muchas otras historias. La gente está hecha de historias, la vida misma lo está. No hay elaborados esquemas literarios que revisar y a los cuales debemos estar atentos, tampoco son necesarios. Hay, simple y llanamente, hechos que marcan las vidas de las personas y las cambian, para bien y para mal.
Eso me hace regresar al tema de la fórmula de Allende para escribir y vender libros en cantidades impensables para una escena editorial como la nuestra. Y en comunión con el propósito, encontré este párrafo que extraigo de Wikipedia:
Sobre la paradoja entre su éxito y las opiniones de muchos escritores y expertos, Camilo Marks escribió en 2011: «Básicamente, hay dos maneras de leer a Isabel Allende. La primera consiste en escudriñar los defectos de sus libros, exponerlos con lujo de detalles y enviarla a los quintos infiernos con una inapelable, satisfecha, fundada sentencia condenatoria. La segunda, parte de la premisa de que es legítimo pasar un buen rato leyendo sus narraciones, puesto que son entretenidas, no cuesta dejarse atrapar por ellas y poseen méritos que atraen al público masivo o a lectores más exigentes. Entre ambos extremos se ve difícil encontrar un término medio: hay quienes siempre la odiarán, en tanto otros se fascinarán ante cada nuevo título suyo».
Terminado el ejercicio, la pesquisa y la escritura, reviso mi pequeña biblioteca y me encuentro con Roncagliolo, Werner, Williams, Calvino, Jáuregui, Corcuera, Ribeyro, Avilés, Pratt, Cortázar, García Márquez, Avilés, Coya, Abe, Martínez, Eco, Mutis, entre otros. Todos autores y autoras de diferentes latitudes y sentires; personas que forjaron y forjan palabras como puntas de lanza para un mundo diferente, capaz de tener pensamiento crítico, de celebrar la belleza y el dolor de la vida para seguir aprendiendo y creciendo. Personas que entendieron que las historias se llevan siempre en el corazón y se leen en los libros para no olvidarlas. Violeta es una de aquellas.
BONUS TRACK
ALGO MÁS SOBRE ISABEL ALLENDE
Isabel Angélica Allende Llona (Lima, Perú; 2 de agosto de 1942) es una escritora chilena con nacionalidad estadounidense, de ascendencia hispano-portuguesa y nacida en Perú. Desde 2004 es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras. Ha publicado más de 25 libros y su obra ha sido traducida a 42 idiomas. Además, ha vendido más de 74 millones de libros en todo el mundo y es considerada como la escritora viva más leída del mundo de la lengua española.
Ha recibido más de sesenta premios internacionales, entre ellos el Premio Nacional de Literatura de Chile en 2010, el Premio Hans Christian Andersen en Dinamarca, en 2012, por su trilogía “Memorias del Águila y del Jaguar”, y la Medalla de la Libertad en Estados Unidos, la más alta distinción civil, en 2014.
En 2018, Isabel Allende se convirtió en la primera escritora de lengua española premiada con la medalla de honor del National Book Award, en Estados Unidos, por su gran aporte al mundo de las letras.