Una conversa con la cofundadora y codirectora del Centro Cultural Cine Olaya

#LeoSubmarine

Ana Cecilia Chung Oré tiene 35 años y una energía vital que contagia a medio planeta. Conversar con ella, aunque sea de manera online (acorde con los tiempos), no ha mermado esa chispa que transmite y que de hecho, me contagió cuando la conocí. Ella es la cofundadora y codirectora del Centro Cultural Cine Olaya, un emblema chorrillano si los hay.

Ana se formó en la Escuela de Danza Contemporánea de la Pontificia Universidad Católica del Perú (EDC-PUCP) y se graduó en el año 2009 para posteriormente sacar el grado de bachiller en la FARES PUCP (2016). Complementando su carrera de danza, estudió tres años en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP, en la especialidad de Comunicación Audiovisual.

Entre sus montajes como directora están ‘Pedro y el Lobo’ (2015) y ‘En un millón’ (2016) en Microteatro. Así mismo codirigió ‘Pinocho’ (2015), una producción de LOS PRODUCTORES en el teatro Pirandello junto a Nishme Súmar. «Como el agua» (2017), obra de Teatro para bebés en el Teatro La Plaza (2017); «Volátil, Circo contemporáneo» (2017), temporada en el Centro Cultural Cine Olaya, y «Cuento Chino» en el Festival Fusiones Contemporáneas del Teatro Británico (2018). «Quitapesar», temporada en la Alianza Francesa (2019). «SADHAKA» Festival Sala de Parto, Ganadora de Mejor Dirección, Mejor Obra y Mejor Actriz del premio Oficio Crítico 2019 (2018/2020).

Como directora de arte ha trabajado en las obras: «Los regalos» (2015) de la Compañía de Teatro Físico donde también realizó las máscaras de los intérpretes. «Creo en un solo dios» (2016), dirigida por Nishme Súmar para la Universidad del Pacífico; «Deshuesadero» de la Compañía de Teatro Físico para el Festival SALA DE PARTO (2016); «Ciudad Cualquiera» dirigida por Renato Fernández en el Teatro de la Universidad del Pacífico (2017).

Como directora de movimiento ha trabajado en las obras: ‘Peter Pan’ (2016) dirigida por Gonzalo Molina para la Universidad del Pacífico. ‘Aura’ (2016), obra de teatro para niños dirigida por Camila Zavala en la Universidad del Pacífico; ‘La Odisea’ (2016), dirigida por Els Vandel en el Teatro La Plaza; ´El curioso incidente del perro a medianoche´ (2017), dirigida por Nishme Súmar en el Teatro La Plaza; «Savia», dirigida por Chela de Ferrari (2017) y «Santiago el Pajarero», dirigida por Nishme Súmar (2018); «Astronautas», dirigida por Jorge Castro (2018), entre otros.

¿Qué te motivó y te decidió a formar parte del proyecto que está a cargo del Centro Cultural Cine Olaya?
– Me motivó ver a un grupo de personas que saltarían al vacío conmigo, que soñaban en grande y que me hicieron sentir que no había límites para las ideas. El espacio abría a tantas posibilidades y tenía tanto potencial, que solo podíamos ver más allá de las paredes destruidas y del techo con hueco que nos cubría, a toda la gente que íbamos a poder congregar y de todo el contenido del que lo podíamos llenar.
Me decidió la GRAN necesidad de espacios para generar proyectos culturales, el hambre de tod@s l@s artistas, gestor@s, productor@s que, incluso estando en condiciones bastante precarias en nuestros inicios, llenaron de proyectos, montajes, exposiciones, conciertos, apropiándose del espacio desde el día uno, confiando sus corazones y poniéndole toda la fe a nuestro proyecto. Me decidió también encontrarnos en una comunidad que es tan rica en cultura e identidad como Chorrillos, lo cual nos ha enseñado muchísimo sobre el poder transformador que tenemos en las manos, y que si escuchamos y aprendemos a trabajar juntos, el cielo es el límite.

¿Cuáles han sido, para ti, los proyectos más especiales que han acogido y promovido?
Es una pregunta muy difícil porque en el Cine Olaya tratamos a todos los proyectos que llegan a confiar en nuestro espacio como nuestros propios proyectos, nos involucramos y tratamos de dar todo de nosotros para que el resultado sea lo mejor posible. Si tuviera que elegir algunos, creo que ser sede de festivales grandes como: FAE Lima, Festival Al Este de Lima, Festival Carboncito, entre otros, nos han hecho empujar nuestros estándares lo más alto que pudimos para ser buenos anfitriones y fue ahí donde más aprendimos sobre lo que podemos lograr hacer en el espacio.
Los proyectos de artes escénicas en particular me emocionan mucho porque habitan de muchas formas el espacio, donde hemos tenido obras como: La Gran Fiesta de la Democracia Real, dirigida por Rodrigo Benza, o NAVE de Moyra Silva, donde plantean al público móvil y en distintos roles. También hemos tenido al Colectivo Angel Demonio dirigidos por Miguel Rubio en la obra EXHUMACIÓN y a la Cia. Mundana con Territorio Vertical.
También todas las áreas de formación como los Talleres de Verano para niños, niñas y adolescentes, donde han tomado cursos de cine, circo, títeres y artes plásticas. O talleres de especialización como el taller de Laura Arís (ES) donde había 30 bailarines en todo el espacio disfrutando de la amplitud y la energía de estar junt@s.
Eso por nombrar algunos de los muchos que me han sido especiales.

¿Cuál consideras que ha sido el impacto social del centro cultural en el distrito de Chorrillos y en el medio, en general?
En estos primeros 3 años que estuvimos en Chorrillos lo que aprendimos sobre el impacto social es que se logra con un trabajo de largo aliento, que es un proceso largo y que para ganarnos a la gente y a su entorno tenemos muchas cosas por las que trabajar. En el 2019 comenzamos con un proyecto que ganó un Estímulo del Ministerio de Cultura: Profesionales de la Salsa. Este proyecto busca trabajar con los y las jóvenes y adolescentes del distrito a través de talleres formativos de música con el objetivo de crear una orquesta de salsa. Actualmente, junto con la Asociación Repercuté, estamos trabajando para darle continuidad al proyecto.
Que el Cine Olaya se haya gestado en Chorrillos ha permitido comenzar poco a poco a desmitificar el concepto que se tiene del distrito y permitir que más gente se acerque a descubrir todas las cosas que tiene para ofrecer. Junto con otras organizaciones que vienen apostando por la zona (Alto Perú, Todos por el Morro)  estamos logrando ampliar la mirada. Por otro lado, se han abierto nuevos locales en la cuadra y la zona ha crecido en luz y color.
En el medio cultural hemos podido posicionarnos rápidamente y el impacto que hemos podido lograr, creo yo, ha sido a través del ejemplo y la motivación. Impulsar a otros gestores y organizaciones a hacer hincapié en la profesionalización de nuestro trabajo ha hecho que crezcamos conjuntamente con un sector que necesitaba ser sostenido y visto.
Nuestro discurso siempre ha sido ser lo más rigurosos posible con nosotros mismos, para darle el valor que tanto necesitamos se le dé al trabajo del artista. La necesidad de tener instituciones que avalen e impulsen nuestro trabajo nos hizo crear una.
La lucha constante en contra del poco valor que le da nuestra sociedad a nuestro trabajo nos ha hecho dar pasos más grandes.

La pandemia ha sido y es la responsable de un brusco frenazo que ha perjudicado el escenario cultural y artístico en términos de producción, asistencia y aforo, ¿de qué manera han enfrentado y enfrentan esta situación?
Lamentablemente la pandemia ha golpeado durísimo a todo el sector cultural y nos va a costar muchísimo poder volver a recuperarnos. A nosotros nos ha hecho replantear muchas cosas dentro de nuestra organización. La primera y más difícil fue la decisión de dejar el espacio que vio nacer el proyecto. No pudimos encontrar la manera de sostener un lugar tan grande en una situación como esta y con tanta incertidumbre en el horizonte, así que decidimos replantear todo y seguir trabajando con los mismos objetivos.
Ahora el Cine Olaya no tiene un espacio físico único, ahora el Cine Olaya se expande. Está en el ciberespacio, a través de los eventos online que organizamos y la página web pronta a estrenar. También está en los espacios públicos donde está pensando en generar puntos de encuentro e intercambio cultural. El Cine Olaya estará en diálogo con gestores para recuperar más cines abandonados. Estamos trabajando y organizándonos para poder ofrecer nuevas plataformas para artistas y creadores que dialoguen con las nuevas necesidades y exigencias que nos toca afrontar.

¿Cuáles son los principales proyectos de cara a los próximos meses de este año?
Dentro de muy poco tenemos el lanzamiento de nuestra página web junto con las actividades que estamos preparando gracias al apoyo recibido del Ministerio de Cultura. Tenemos seis eventos por comunicar que se realizarán de manera virtual y algunos de manera semi-presencial considerando todos los protocolos de sanidad.
En febrero tenemos a la esperada Gran Cevichada Salseable, donde el público podrá ver, vía streaming en nuetras redes sociales, una clase maestra de Ceviche con los mejores tips Chorrillanos, una clase de salsa que hará que bailen toda la tarde, escuchar las mejores salsas con Dj Salsandro y ver el conciertazo de Ray Callao, ¡todo en vivo!
En marzo tenemos un día para adentrarnos en el mundo de diferentes artistas de la escena local. Entraremos a sus talleres de arte, estudios de grabación y salas de ensayo, para que nos cuenten sus procesos creativos. En abril tenemos una sesión especial de conciertos en streaming con algunas de las bandas que nos han acompañado desde el inicio. Luego, en mayo, junio y julio, tenemos un encuentro de proyectos medioambientales, un festival de performance y una subasta de arte. Toda la información estará dentro de muy poco tiempo en nuestras redes sociales.

Una conversa con la cofundadora y codirectora del Centro Cultural Cine Olaya

#LeoSubmarine

Ana Cecilia Chung Oré tiene 35 años y una energía vital que contagia a medio planeta. Conversar con ella, aunque sea de manera online (acorde con los tiempos), no ha mermado esa chispa que transmite y que de hecho, me contagió cuando la conocí. Ella es la cofundadora y codirectora del Centro Cultural Cine Olaya, un emblema chorrillano si los hay.

Ana se formó en la Escuela de Danza Contemporánea de la Pontificia Universidad Católica del Perú (EDC-PUCP) y se graduó en el año 2009 para posteriormente sacar el grado de bachiller en la FARES PUCP (2016). Complementando su carrera de danza, estudió tres años en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP, en la especialidad de Comunicación Audiovisual.

Entre sus montajes como directora están ‘Pedro y el Lobo’ (2015) y ‘En un millón’ (2016) en Microteatro. Así mismo codirigió ‘Pinocho’ (2015), una producción de LOS PRODUCTORES en el teatro Pirandello junto a Nishme Súmar. «Como el agua» (2017), obra de Teatro para bebés en el Teatro La Plaza (2017); «Volátil, Circo contemporáneo» (2017), temporada en el Centro Cultural Cine Olaya, y «Cuento Chino» en el Festival Fusiones Contemporáneas del Teatro Británico (2018). «Quitapesar», temporada en la Alianza Francesa (2019). «SADHAKA» Festival Sala de Parto, Ganadora de Mejor Dirección, Mejor Obra y Mejor Actriz del premio Oficio Crítico 2019 (2018/2020).

Como directora de arte ha trabajado en las obras: «Los regalos» (2015) de la Compañía de Teatro Físico donde también realizó las máscaras de los intérpretes. «Creo en un solo dios» (2016), dirigida por Nishme Súmar para la Universidad del Pacífico; «Deshuesadero» de la Compañía de Teatro Físico para el Festival SALA DE PARTO (2016); «Ciudad Cualquiera» dirigida por Renato Fernández en el Teatro de la Universidad del Pacífico (2017).

Como directora de movimiento ha trabajado en las obras: ‘Peter Pan’ (2016) dirigida por Gonzalo Molina para la Universidad del Pacífico. ‘Aura’ (2016), obra de teatro para niños dirigida por Camila Zavala en la Universidad del Pacífico; ‘La Odisea’ (2016), dirigida por Els Vandel en el Teatro La Plaza; ´El curioso incidente del perro a medianoche´ (2017), dirigida por Nishme Súmar en el Teatro La Plaza; «Savia», dirigida por Chela de Ferrari (2017) y «Santiago el Pajarero», dirigida por Nishme Súmar (2018); «Astronautas», dirigida por Jorge Castro (2018), entre otros.

¿Qué te motivó y te decidió a formar parte del proyecto que está a cargo del Centro Cultural Cine Olaya?
– Me motivó ver a un grupo de personas que saltarían al vacío conmigo, que soñaban en grande y que me hicieron sentir que no había límites para las ideas. El espacio abría a tantas posibilidades y tenía tanto potencial, que solo podíamos ver más allá de las paredes destruidas y del techo con hueco que nos cubría, a toda la gente que íbamos a poder congregar y de todo el contenido del que lo podíamos llenar.
Me decidió la GRAN necesidad de espacios para generar proyectos culturales, el hambre de tod@s l@s artistas, gestor@s, productor@s que, incluso estando en condiciones bastante precarias en nuestros inicios, llenaron de proyectos, montajes, exposiciones, conciertos, apropiándose del espacio desde el día uno, confiando sus corazones y poniéndole toda la fe a nuestro proyecto. Me decidió también encontrarnos en una comunidad que es tan rica en cultura e identidad como Chorrillos, lo cual nos ha enseñado muchísimo sobre el poder transformador que tenemos en las manos, y que si escuchamos y aprendemos a trabajar juntos, el cielo es el límite.

¿Cuáles han sido, para ti, los proyectos más especiales que han acogido y promovido?
Es una pregunta muy difícil porque en el Cine Olaya tratamos a todos los proyectos que llegan a confiar en nuestro espacio como nuestros propios proyectos, nos involucramos y tratamos de dar todo de nosotros para que el resultado sea lo mejor posible. Si tuviera que elegir algunos, creo que ser sede de festivales grandes como: FAE Lima, Festival Al Este de Lima, Festival Carboncito, entre otros, nos han hecho empujar nuestros estándares lo más alto que pudimos para ser buenos anfitriones y fue ahí donde más aprendimos sobre lo que podemos lograr hacer en el espacio.
Los proyectos de artes escénicas en particular me emocionan mucho porque habitan de muchas formas el espacio, donde hemos tenido obras como: La Gran Fiesta de la Democracia Real, dirigida por Rodrigo Benza, o NAVE de Moyra Silva, donde plantean al público móvil y en distintos roles. También hemos tenido al Colectivo Angel Demonio dirigidos por Miguel Rubio en la obra EXHUMACIÓN y a la Cia. Mundana con Territorio Vertical.
También todas las áreas de formación como los Talleres de Verano para niños, niñas y adolescentes, donde han tomado cursos de cine, circo, títeres y artes plásticas. O talleres de especialización como el taller de Laura Arís (ES) donde había 30 bailarines en todo el espacio disfrutando de la amplitud y la energía de estar junt@s.
Eso por nombrar algunos de los muchos que me han sido especiales.

¿Cuál consideras que ha sido el impacto social del centro cultural en el distrito de Chorrillos y en el medio, en general?
En estos primeros 3 años que estuvimos en Chorrillos lo que aprendimos sobre el impacto social es que se logra con un trabajo de largo aliento, que es un proceso largo y que para ganarnos a la gente y a su entorno tenemos muchas cosas por las que trabajar. En el 2019 comenzamos con un proyecto que ganó un Estímulo del Ministerio de Cultura: Profesionales de la Salsa. Este proyecto busca trabajar con los y las jóvenes y adolescentes del distrito a través de talleres formativos de música con el objetivo de crear una orquesta de salsa. Actualmente, junto con la Asociación Repercuté, estamos trabajando para darle continuidad al proyecto.
Que el Cine Olaya se haya gestado en Chorrillos ha permitido comenzar poco a poco a desmitificar el concepto que se tiene del distrito y permitir que más gente se acerque a descubrir todas las cosas que tiene para ofrecer. Junto con otras organizaciones que vienen apostando por la zona (Alto Perú, Todos por el Morro)  estamos logrando ampliar la mirada. Por otro lado, se han abierto nuevos locales en la cuadra y la zona ha crecido en luz y color.
En el medio cultural hemos podido posicionarnos rápidamente y el impacto que hemos podido lograr, creo yo, ha sido a través del ejemplo y la motivación. Impulsar a otros gestores y organizaciones a hacer hincapié en la profesionalización de nuestro trabajo ha hecho que crezcamos conjuntamente con un sector que necesitaba ser sostenido y visto.
Nuestro discurso siempre ha sido ser lo más rigurosos posible con nosotros mismos, para darle el valor que tanto necesitamos se le dé al trabajo del artista. La necesidad de tener instituciones que avalen e impulsen nuestro trabajo nos hizo crear una.
La lucha constante en contra del poco valor que le da nuestra sociedad a nuestro trabajo nos ha hecho dar pasos más grandes.

La pandemia ha sido y es la responsable de un brusco frenazo que ha perjudicado el escenario cultural y artístico en términos de producción, asistencia y aforo, ¿de qué manera han enfrentado y enfrentan esta situación?
Lamentablemente la pandemia ha golpeado durísimo a todo el sector cultural y nos va a costar muchísimo poder volver a recuperarnos. A nosotros nos ha hecho replantear muchas cosas dentro de nuestra organización. La primera y más difícil fue la decisión de dejar el espacio que vio nacer el proyecto. No pudimos encontrar la manera de sostener un lugar tan grande en una situación como esta y con tanta incertidumbre en el horizonte, así que decidimos replantear todo y seguir trabajando con los mismos objetivos.
Ahora el Cine Olaya no tiene un espacio físico único, ahora el Cine Olaya se expande. Está en el ciberespacio, a través de los eventos online que organizamos y la página web pronta a estrenar. También está en los espacios públicos donde está pensando en generar puntos de encuentro e intercambio cultural. El Cine Olaya estará en diálogo con gestores para recuperar más cines abandonados. Estamos trabajando y organizándonos para poder ofrecer nuevas plataformas para artistas y creadores que dialoguen con las nuevas necesidades y exigencias que nos toca afrontar.

¿Cuáles son los principales proyectos de cara a los próximos meses de este año?
Dentro de muy poco tenemos el lanzamiento de nuestra página web junto con las actividades que estamos preparando gracias al apoyo recibido del Ministerio de Cultura. Tenemos seis eventos por comunicar que se realizarán de manera virtual y algunos de manera semi-presencial considerando todos los protocolos de sanidad.
En febrero tenemos a la esperada Gran Cevichada Salseable, donde el público podrá ver, vía streaming en nuetras redes sociales, una clase maestra de Ceviche con los mejores tips Chorrillanos, una clase de salsa que hará que bailen toda la tarde, escuchar las mejores salsas con Dj Salsandro y ver el conciertazo de Ray Callao, ¡todo en vivo!
En marzo tenemos un día para adentrarnos en el mundo de diferentes artistas de la escena local. Entraremos a sus talleres de arte, estudios de grabación y salas de ensayo, para que nos cuenten sus procesos creativos. En abril tenemos una sesión especial de conciertos en streaming con algunas de las bandas que nos han acompañado desde el inicio. Luego, en mayo, junio y julio, tenemos un encuentro de proyectos medioambientales, un festival de performance y una subasta de arte. Toda la información estará dentro de muy poco tiempo en nuestras redes sociales.

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